¿Cómo se forman los fósiles?
La mayoría de los fósiles se formaron al quedar el organismo enterrado entre sedimentos, generalmente bajo el agua, inmediatamente después de morir.
En estas condiciones, las partes carnosas se descomponen y desaparecen rápidamente; en cambio, las partes duras, como huesos, permanecen.
En algunos casos, estas estructuras duras subsisten casi intactas, pero con más frecuencia sus poros y espacios abiertos se impregnan parcial o totalmente de depósitos minerales procedentes del agua que se filtra, y toda la estructura se convierte en roca.
En el caso de la madera petrificada, la materia original puede haber sido sustituida por minerales, sobre todo silicio, y se conservan perfectamente características como los anillos de crecimiento anuales e incluso la estructura celular.
En otro tipo de fosilización, la estructura original se disuelve completamente y no deja más que un hueco o molde natural en la roca que conserva la forma exacta del original. A veces, otras materias se infiltran en el molde y producen un vaciado que es una réplica del original.
Los moldes de hojas y otras estructuras muy finas se conocen como "impresiones". Las hojas y los animales de carne blanda se llegan a fosilizar como películas de carbón que conservan las siluetas de los originales. Son especialmente bellas las hojas de helecho fósiles, intrincadamente detalladas, que se preservaron de esta manera.